Puedes usar una música relajante para meditar o simplemente no usar ninguna música.
- Busca un lugar tranquilo y cómodo, donde no te molesten ni te distraigan.
2. Siéntate en una postura erguida pero relajada, con la espalda recta y los hombros bajos. Puedes sentarte en una silla, en el suelo o sobre un cojín.
3. Cierra los ojos o mantén una mirada suave hacia el frente, sin enfocar nada en particular.
4. Respira de forma natural y profunda, sin forzar ni controlar el ritmo. Presta atención a cómo entra y sale el aire por tu nariz o boca.
5. Concéntrate en tu propia respiración, en una palabra o mantra, en una imagen mental o una sensación corporal, lo que más te guste, a mi me agrada enfocarme en mi respiración. Dirige tu atención a eso y mantenlo ahí, sin juzgar ni analizar lo que percibes. Si te distraes con otros pensamientos o sensaciones, simplemente reconócelos y vuelve a tu objeto de concentración con amabilidad, no te molestes por ello ni te incomodes, es normal, solo regresa suavemente a tu punto de enfoque.
7. Continúa así durante el tiempo que quieras, desde unos minutos hasta media hora o más. Puedes usar un temporizador o una aplicación para medir el tiempo.
8. Cuando termines, abre los ojos lentamente y toma conciencia de tu entorno. Mueve tu cuerpo con suavidad y agradece el momento de meditación.